Los sábados siempre me pongo un poco filosófico, y hoy pensé que sería una buena idea hablar de Marie Kondo. Tiene guasa la tía. 🙂 No va y dice hace poco, que tener la casa ordenada con 3 niños es imposible. ¡Para flipar!
> El nuevo orden de andar por casa.
Llevo viendo madres y padres en la puerta del cole de mis peques sumidas en una competición personal de altísima intensidad: la tarea de todos los santos días. ¡Ordenar todo minuciosamente! Un sinvivir enfermizo.
Cuanto mal ha hecho nuestra querida Marie Kondo, o quizás Instagram también esté en el ajo.
Cada vez más gente se afana por ordenar sus casas hipotecadas hasta las trancas hasta unos límites que rozan lo patológico. Tanto tiempo y esfuerzo se llega a invertir en estas tareas que llega un punto, en que si te lo propones, ni siquiera habría tiempo para trabajar fuera de casa.
No sé si el objetivo último de esta tendencia es encontrar la paz interior o un seudoequilibrio zen de Hacendado para encontrar el sentido de la vida. Pero creo que no cumple con lo que promete.
Todo lo contrario.
Causa estrés, ansiedad, y una necesidad inmensa de días de 25 horas, o más; solamente para poder hacer todas las tareas del hogar autoimpuestas. Y todo, para una foto o reel, o lo que sea que cause furor en este momento. Contenidos digitales, todos efímeros y que van a ver 4 gatos. ¡Vamos! Un esfuerzo sobrehumano para una gilichorrada como un piano.
> Recupera ese aire juvenil desenfado.
Desde este humilde blog, hago un pequeño llamamiento de empoderamiento a todos los que encuentran práctico, eficiente y bonito, ese toque desordenado en las casa. Lo que se llamaba antes ese aire juvenil desenfadado.
Lo bueno de no ser Marie Kondo, es que encuentras tus zapatillas a la primera. No tienes que sacar 3 o 4 cajas de tela, de esas del Ikea, del armario empotrado estilo nórdico para llegar a ellas. Las tienes ahí, al lado de la puerta. ¡Es genial! Y sobre todo rápido. Son todo ventajas. En cuestión de segundos estás bajando en ascensor, dirección tu vida. 🙂
Si necesitas un destornillador y el espíritu de Marie Kondo ronda tu casa, estoy casi seguro de que te vas a hacer daño. Tendrás la caja en algún rincón donde no se vea. Ya sabes, las cajas de herramientas son feas. Incluso las de Ikea.
Continúo. Te va a costar sacarla de ahí. A lo mejor hasta tiras cualquier otra cosa que tengas cerca, y lo mismo tienes que hacer alguna torsión de Yoga y concentrar toda tu fuerza y energía física para poder levantara. Las cajas de herramientas suelen pesar más de lo parece.
Todo, para conseguir un destornillador. ¿No sería mejor tenerla un poco más a mano? Aunque estropee la estética de portada de revista fashion.
> La virtud está en el punto medio.
En fin, espero que no os dejéis influir por este tipo de modas. O si estáis secuestrados o secuestradas por alguna de ellas, espero que este pequeño texto os haga al menos ser un poco más conscientes.
¡Viva el caos! 😀 Bueno… tampoco hay que pasarse. Como decía Aristóteles, en el punto medio suele estar la virtud.
Un abrazote.
Roy.