
¿Te han dicho que una mamografía duele horrores? ¿Has pospuesto tu cita una y otra vez por miedo al dolor? Tranquila, no estás sola.
En Rizos Pro normalmente hablamos de rizos, cowash y cronogramas capilares… pero hay temas que van más allá del pelo. Profesionalmente me dedico a hacer mamografías, y he escuchado leyendas urbanas de todo tipo.
Hoy quiero hablar contigo, de tú a tú, sobre un miedo que muchas pacientes comparten: el miedo a hacerse una mamografía.
Mamografía y dolor: ¿mito o realidad?
Vamos al grano: ¿duele hacerse una mamografía?
La respuesta corta es: puede molestar, pero no tiene por qué doler.
La mamografía es una prueba muy rápida (suele durar menos de 10 minutos), y sí, implica comprimir el pecho entre 2 placas. Esa compresión puede resultar incómoda, especialmente si ya tienes sensibilidad, pero la mayoría de las mujeres se sorprenden al salir y decir:
“Pues no era para tanto como me habían contado”
Entonces, ¿por qué asusta tanto?
Buena pregunta. El miedo no suele venir de la prueba en sí, sino de lo que nos han contado.
“A mi prima le dolió muchísimo”
“Yo no aguantaría que me aplastaran el pecho”
La realidad es que cada cuerpo es distinto. Muchas veces el miedo se alimenta de experiencias ajenas (y a veces exageradas), o de no saber exactamente qué va a pasar.
Además, si estás cerca de la regla o tienes los pechos más sensibles por cualquier motivo, la molestia puede ser mayor. Pero el personal sanitario está para ayudarte y adaptar la prueba a tu caso.
Cómo hacer que tu mamografía sea más llevadera
Aquí van algunos consejos prácticos para vivir tu cita con más tranquilidad y menos molestias:
1. Elige bien el momento del ciclo
Si puedes, evita los días previos a la regla. Tus pechos están más sensibles y podrías notar más incomodidad.
2. Habla con quien te atienda
Diles que tienes miedo o que es tu primera vez. Estamos acostumbradas a escucharlo, y te explicaremos todo paso a paso.
3. Ven sin desodorante ni crema
Así las imágenes salen más limpias y evitamos tener que repetir la prueba. Mejor una sola toma bien hecha. 🙂
4. Respira y recuérdate por qué estás ahí
Estás cuidándote. Igual que te ocupas de tus rizos, tu cuero cabelludo o tu alimentación… tu salud mamaria también necesita atención.
El miedo no salva vidas. Las revisiones, sí
Una mamografía puede detectar a tiempo lo que a simple vista no se ve. Y esa detección precoz puede marcar toda la diferencia.
No dejes que el miedo te impida hacer algo tan importante. Si puedes hacerte una mamografía, hazlo. Aunque dé un poco de cosa. Aunque no tengas ganas. Aunque te hayan dicho que duele.
Es solo un ratito. Y puede salvarte la vida.
¿Te haces la valiente por fuera? Demuestra que también lo eres por dentro
Si has sobrevivido a un gran corte en seco, a un lavado con nudos imposibles o al encrespamiento nivel “brócoli salvaje”… créeme, esto también lo puedes manejar.
Seguimos hablando la próxima semana.
¡Abrazo!
Roy.
> PD – si ya pasaste por una mamografía y te sorprendió que no doliera tanto, cuéntalo en los comentarios. Tu experiencia puede ser justo el empujoncito que necesita otra mujer para cuidarse.
Fuentes: la información de este artículo se basa en la experiencia clínica directa y en recursos de organizaciones médicas y estudios especializados en radiología mamaria. Todos ellos coinciden en lo mismo: un enfoque empático, respetuoso y personalizado es clave para que la mamografía sea segura y lo menos molesta posible.